miércoles, 26 de agosto de 2009

TERROR Y HACER CINE CON NUESTROS MIEDOS

Ya está aquí para nuestro disfrute la nueva película de Lars Von Trier, Antichrist. No vamos entrar en ella porque bastante se ha hablado ya y más que se hablará. Polémicas y críticas al margen hay que decir que se trata de una película de terror, sencillamente, que no es poco. Es una posibilidad para ver una nueva vuelta de tuerca más de un género que siempre está en un segundo plano, pero que nos ha dado alguno de los momentos más electrizantes del cine en los últimos 30 años, e incluso desde antes porque todavía impresiona ver Nosferatu (1922) de F. W. Murnau. Hablar de su valor o de su peso dentro del séptimo arte no tiene mayor sentido porque algo tendrá cuando personajes del tamaño de Lars Von Trier o Stanley Kubrick han dejado su huella en él. Además ha creado sus propias figuras como George A. Romero, Night of the living dead (1968); Dario Argento, Inferno (1980); Wes Craven, The last house on the left (1972); John Carpenter, Halloween (1978); asi como, Takashi Miike, Odishon (1999) M. Night Shyamalan, The Sixth sense (1999)... Todos ellos han jugado con nuestros miedos y han combiando todas las posibilidades fílmicas posibles para captarnos y adentrarnos en sus proyectos. Utilizan todos los trucajes posibles para hacernos saltar de la butaca. Unos optan por los efectos especiales y golpes visuales, otros prefieren moverse por los terrenos pantanosos de la psicología jugando con nuestros miedos, las hay de una limpieza visual impecable y también con imágenes explícitas y sangrantes. La temática varía desde los clásicos vampiros, zombies, monstruos diversos venidos del más allá, asesinos en serie, exorcismos, un vecino perturbado...explotando un filón que no deja de cansar a los espectadores sufridores que pagan su dinero para dejar que el corazón se les acelere, y que esperan ansiosos su dosis de miedo. Aquí está parte de la genialidad del terror, que pagamos para pasarlo mal, y la película que más nos haga sufrir es por la que de verdad merece la pena gastar unos pocos euros.
¿Cúal ha sido la mejor? ¿Cuál nos ha dejado petrificados? ¿Cuál nos ha impactado más? Es una cuestión muy seria y que no tiene fácil respuesta. Unos votarán por The Exorcist (1973) de William Friedkin o por The Shining (1980) de Kubrick como grandes clásicos del género. La lista nunca debería cerrarse, por eso a través de vuestros comentarios nos gustaría que dejarais vuestras propuestas sobre cuál o cuáles son algunas de las mejores películas de terror de la historia del cine.

Un saludo.

miércoles, 5 de agosto de 2009

VERANO Y CIUDAD EN EL CINE

Es fácil olvidar los 35 grados de la calle cuando uno está refugiado dentro de una tienda climatizada. Este julio nos ha dejado unos buenos días de temperaturas infernales y agosto también promete más dosis de calor en exceso. El cine se ha servido multitud de veces del calor para crear atmósferas opresivas por las que hacer sufrir a los personajes. No hay nada mejor que un plano general de una ciudad con la luz distorsianda producto del calor en el ambiente, para que el espectador comprenda que la acción va a transcurrir entre sudores y un asfalto hirviendo que penetra en nuestra piel con cada paso que damos a través del actor. Hemos visto a lo largo de los años algunas películas que discurren en plenas olas de calor o que el verano ha afectado al comportamiento de sus personajes. Tal vez no sean las más significativas pero se pueden resaltar algunas. Por ejemplo Body Heat (1981) de Lawrence Kasdan. En esta película se desatan las pasiones en el marco de una ciudad asolada por una ola de calor opresivo y asfixiante que envuelve a sus personajes y deja libre su lado más salvaje. También se puede mencionar Falling Down (1993) de Joel Schumacher, o como la conocimos nosotros, Un día de furia. La película comienza con un Michael Douglas atrapado en un enorme atasco en un verano caluroso. Estos factores hacen que a partir de ese momento se inicie su particular batalla quijotesca para poder llegar hasta su casa. El calor y la ciudad también tiene su protagonismo en Fallen Angels o Duo luo tian shi (1995) de Wong Kar Wai, y las altas temperaturas de la noche son la excusa perfecta para hablar de In the Heat of the Night (1967) de Norman Jewison en la que Sidney Poitier tiene que resolver un asesinato ocurrido durante una calurosa madrugada en una ciudad sureña de Estados Unidos. Takeshi Kitano nos invitaba a saber divertirnos a pesar de los calores en su Kikujiro No natsu (1999) acompañando al pequeño Masao en la búsqueda de su madre y, para entrar en la ciencia ficción, el monstruo alienígena de Predator 2 (1990) esperaba a años muy calurosos para inciar su caza . Seguro que hay muchas más y mejores para hablar de este fenómeno, pero esta pequeña muestra sólo es para hacernos pensar en otras películas que hablan de vacaciones y tiempo de ocio porque el verano también es algo más que pasarlo mal en la ciudad soportando elevadas temperaturas.

Un saludo.