miércoles, 16 de diciembre de 2009

NAVIDAD, DULCE NAVIDAD

Un año más las navidades ya están aquí. Es un momento en el que nuestros sentimientos, buenos o malos, afloran para ser proyectados hacia los demás. Es una época de grandes comidas, ingentes cantidades de turrón y demás dulces, el alcohol corre a raudales, encuentros con amigos, familiares y compañeros de trabajo, las compras, la lotería... en definitiva un estrés continuado y que cada uno decida si es para bien o para mal.

Está claro que, desde hace bastante tiempo, el cine ha dejado de fijarse en la conmemoración en si de esta festividad. El nacimiento de Jesucristo ha sido aparcado para exaltar la festejos y lo que conllevan. Las películas se centran en las reuniones familiares, en los excesos propios de estas fechas, o simplemente tienen una trama ajena a la festividad pero que transcurren en el entorno festivo navideño.


Las televisiones suelen recurrir a las películas de siempre para distraernos de tanta fiesta continuada. Por lo general echan mano al paquete básico navideño con algún que otro toque en forma de estreno televisivo. Uno puede ver en televisión películas nostálgicas como It's a Wonderful Life (Frank Capra, 1946) o A Christmas Carol en sus diferentes versiones, para traer a nuestras mentes viejos recuerdos de antaño. La gran familia (Fernando Palacios, 1962) es el clásico español en las pantallas, aunque un poco dado de lado últimamente en realidad. Inevitables films como Home Alone (Chris Columbus, 1990) y Home Alone 2 (Chris Columbus, 1992), el resurgimiento de Papá Noel en The Santa Clause (John Pasquin, 1994) y un largo etcétera de películas aligeran las digestiones pesadas propias de la navidad. Casi siempre están orientadas hacia el público infantil que, supuestamente, es el que de verdad disfruta del evento. Hollywood tiene un gran filon en la infancia y hace lo posible por arrastrar a estos espectadores en miniatura hacia sus productos perfectamente estudiados para su uso y disfrute.

Pero nos gustaría hablar de películas que han llamado la atención por su cierto carácter antinavideño. Evidentemente no son obras de arte pero tienen un punto que las hace un poco más interesantes que las clásicas. Aquí va un pequeño listado para pasar las navidades intentando evitar los clásicos topicos de estas fechas. Las tenemos de todos los tipos y colores y que cada uno decida si son soportables o no:
Jingle all the way (Brian Levant, 1996) a la caza del regalo perfecto. Christmas Vacation (Jeremia S. Chechik, 1989) la pesadilla de la familia en casa. How the Grinch Stole Christmas (Ron Howard, 2000) un diablillo cansado de la navidad. Scrooged (Richard Donner, 1988) el cuento de siempre desde el punto de vista de un productor televisivo que odia la navidad. Como inicio para pasar las primeras horas de la tarde no están mal. Estas películas sí que tienen finales más al gusto de los amantes de la navidad, pero nos van a divertir porque sus protagonistas están verdaderamente estresados por los avatares propios de los festejos navideños.


Es interesante también un poco de acción en la Navidad. El entorno navideño como telón de fondo es un recurso fácil en muchas películas de los últimos veinte años. Está claro que no hay nada más divertido que convertir estas fiestas en un territorio ideal para la violencia. Tal vez sea lo fácil que es dinamitar el espíritu de paz de estas fechas pero la cuestión es, dejando a un lado la calidad fílmica del producto, que funciona muy bien en taquilla. Podemos recordar Die hard (John McTiernan, 1988) con su posterior secuela Die hard 2 (Renny Harlyn, 1990) y otro ejemplo sería Lethal Weapon (Richard Donner, 1987). Las historias de acción llenas de explosiones y tiroteos entre árboles de navidad, luces y muñecos de Papá Noel parecen ser una mezcla idónea para el público más inquieto. En un tono menos violento pero más divertido podemos disfrutar de Gremlins (Joe Dante, 1984) que convierte un regalo de navidad, una inofesiva criatura, en uno de los mejores espectáculos de destrucción navideña que se recuerda en una pantalla de cine. Por supuesto también tenemos la aportación española al género con El Día de la Bestia (Álex de la Iglesia, 1995) que anunciaba el nacimiento del anticristo en Nochebuena.

Si lo que desea uno es pasar un rato entretenido con un ligero toque de terror, o simplemente reírse de los iconos navideños, puede echar mano de otro tipo de productos más iconoclastas con la festividad. The Silent Partner (Daryl Duke, 1978) puede ser un buen comienzo, tal vez no muy terrorífico pero sí muy interesante como thriller. Silent night, Deadly Night (Charles E. Sellier Jr, 1984) puro terror para continuar la sesión, y si te gusta puedes seguir las secuelas posteriores. Si a uno le apetece ver a Santa Claus luchar contra diferentes maquinaciones malignas se puede recurrir a la mejicana Santa Claus (René Cardona, 1959) para echarle una mano contra los demonios que quieren acabar con la navidad. O podermos verle abducido por los marcianos en Santa Claus Conquers the Martians (Nicholas Webster, 1964), e incluso tenemos al simpático hombre de rojo vestido para asesinar en Don't Open 'til Christmas (Edmund Purdom, 1984) y You Better Watch Out (Lewis Jackson, 1980).

Este listado, como siempre, es un simple aperetivo para los más inquietos espectadores. Desde Ocho y Medio queremos desearos a todos una feliz Navidad y que Papá Noel os traiga muchísimos regalos.

Un saludo.