martes, 6 de octubre de 2009

FESTIVAL DE SITGES Y CINE FANTÁSTICO ESPAÑOL

Todavía no hemos terminado de recoger la alfombra roja del Festival de San Sebastián y ya tenemos que volver a desplegarla para el Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges, y ya van 42 ediciones. El 1 de octubre comenzó una de las citas más importantes para los amantes de los géneros como el terror, la fantasía y la ciencia ficción.
Estamos de enhorabuena porque la inauguración del festival ha sido con una película española. Rec 2 ha hecho las delicias de los seguidores del género gracias a la mano de Jaume Balagueró y Paco Plaza. Y seguro que tiene mucho que decir Hierro de Gabe Ibáñez o Ingrid de Eduard Cortés.
La verdad es que tenemos una larga tradición en la fantasía, el terror o la ciencia ficción. En la mente de todos están presentes los nombre de Jesús Franco o Paul Naschy, verdaderos impulsores de este tipo de cine en nuestro país. Ellos son la cabeza visible de un cine todavía en pañales en aquella época, pero no nos podemos olvidar de otros nombres como Josep María Valls, Pastel de Sangre (1971); Alfonso Balcázar, La casa de las muertas vivientes (1972); Amando de Ossorio, Las garras de Lorelei (1973); Juan Piquer Simón, Mil gritos en la noche (1982). Evidentemente estos son sólo unos pocos nombres ya que la gesta en este terreno paracía no tener fin en los años 70 y 80 del siglo pasado. La fórmula no variaba mucho: Argumento sencillo y producción rápida. Todo se movía entre el Diablo, posesiones infernales, seres del abismo, vampiros, algún que otro psicópata todo ello pasado por cantidades industriales de sangre y de señoritas escasas de ropa. Pero la cuestión es que la fórmula funcionaba y muy bien.
Según han pasado los años la producción se ha relajado bastante pero se le ha intentado dotar de más calidad, ya sea a través de dinero invertido o argumentalmente. El terror más carnal ha ido dejando paso al terror más psicológico o a la fantasía más elaborada. Llegó 1995 y Alex de la Iglesía nos presentó El día de la Bestia y tras él llegaron otros con ideas distintas de entender estos géneros como Alejandro Amenábar con Abre los Ojos (1997); Jaume Balagueró con Los sin nombre (1999); Mateo Gil con Nadie conoce a nadie (1999).
Como culminación tenemos la creación de, la ya desaparecida, Fantastic Factory dirigida por Julio Fernández y Brian Yuzna. Fue un buen intento por crear una productora dedicada al cine de terror y ciencia ficción en España con colaboraciones del extranjero y gracias a ella tenemos productos como Darkness (2002) de Jaume Balagueró, Beyond Re-animator (2003) de Brian Yuzna y Bajo aguas tranquilas (2006).
Lo que queda claro es que el espíritu de esas películas de los 60, los 70 o los 80 ha perdurado en los nuevos realizadores. Todos sentimos cierta añoranza de esas producciones que contaban con más espíritu que medios. Gracias a ellos hemos ido creciendo y está claro que los resultados son inmejorables. Las producciones españolas han sabido asimilar los requisitos mínimos de estos géneros y además hemos dotado de originalidad a nuestros productos y están ofreciendo calidad al resto del planeta. Y eso es una gran noticia para todos.
Un saludo.

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